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Óscar Guillermo Garretón: “Bachelet hoy está más cercana al Frente Amplio y al PC”

por:  La Segunda
viernes, 23 de agosto de 2024
Tiene 80 años y la energía para participar continuamente en lo que él llama tertulias, es decir, conversaciones, diálogos, entendimientos. Sus tertulianos pueden ser «laguistas», como se autodefine él; políticos del Socialismo Democrático y hasta de la centroderecha, filósofos, empresarios o abogados. Lo que le importa a Oscar Guillermo Garretón, exMapu, exPPD, exPS y actual Amarillos, es hablar, porque su convencimiento es que todas las fuerzas políticas que tienen una base de convicciones similares deberían agruparse para corregir el rumbo del país, que califica de “desastroso”. 

“El mundo mío, el de Amarillos, es un mundo que hoy está disperso; gente que piensa igual que nosotros y que puede estar en partidos de la coalición de Gobierno, incluso también en Chile Vamos, no creo que en el Partido Comunista ni tampoco en republicanos, pero hay gente muy diversa con quien compartimos una visión democrática, reformista, no violenta”, explica. 

A esa visión común, Garretón le llama “socialismo reformista”. “Si me preguntan lo que me gustaría, sería que esta cosa extrema de polarización terminara con un tipo de acuerdo que colocara a gobiernos que tengan vocación de mayoría y no de vanguardia iluminada como este Gobierno, y en eso está Amarillos”. 

El exsubsecretario de Economía de Salvador Allende que evolucionó a exitoso director de empresas del área de telecomunicaciones, entre otras, afirma que varios en el Socialismo Democrático se sienten incómodos en una alianza con el PC y el Frente Amplio. Y en esa línea, asegura convencido que hoy Michelle Bachelet está cada vez más lejana de la antigua Concertación. 

“La meta de Amarillos no es ganar la municipal”

—La meta de Amarillos es congregar a sectores de lo que usted llama “reformismo democrático”, ¿de qué se trata?
—Cuando creamos Amarillos no fue para formar un partido, sino para ser más libres. Desde distintas historias, como la renovación socialista y la Concertación, llegamos a soñar con un Chile de reformismo democrático que había desaparecido, capturado por un izquierdismo al mismo tiempo ignorante y que reproducía lo que había fracasado. La Convención Constitucional fue el momento de decisión, porque llamar a votar Apruebo a esa aberración era sinónimo de sumisión de lo que antes había sido una exitosa centroizquierda. No podíamos aceptarlo. Ahora la tarea es reagrupar a ese reformismo democrático hoy disperso. 

—¿Agrupados bajo el paraguas de Amarillos? 
—Da lo mismo si al final de esa tarea que describí se sigue llamando Amarillos. Lo que pasa es que hoy el reformismo democrático está disperso y atado a estructuras partidarias muy antiguas. Están desde la izquierda democrática, subordinada a otra izquierda donde dominan lo no democrático y el desconocimiento de la realidad; hasta la derecha democrática, también enredada con una derecha nostálgica del pasado y absolutamente incapaz de representar mayorías. En eso estamos trabajando, nuestra meta no es la elección municipal, aunque tengamos 18 candidatos a alcalde, 390 a concejal y dos a gobernador. 

—¿Ganar la municipal no es una meta?
—La meta de Amarillos no es ganar la municipal, sería absurdo, sino congregar pacientemente al reformismo democrático disperso. Trabajamos entre Demócratas y Amarillos, pero donde no hay candidatos de esos partidos, los hay de otras tendencias que comparten nuestra visión sobre la democracia, el rechazo a la violencia, la necesidad de garantizar seguridad, una economía que crezca, un Estado eficiente y no un botín de sus ocupantes. Si esos están hoy en partidos de izquierda o derecha o en ninguno, no nos importa. Hoy se trata de converger en propósitos. 

{CITA Cuando la presidenta del PS, Paulina Vodanovic, reclama más gestión en temas de seguridad, a mí me interpreta. Yo siento que me puedo entender con muchos socialistas y PPD”; }

—Usted ha declarado que la intención de Amarillos es que un Gobierno como este no se repita. 
—Lo que no aceptamos es que se siga en un país sin salida, hecho sándwich por la polarización de los extremos, en que ser de izquierda es sinónimo de división plurinacional, de financiamientos fraudulentos vía Democracia Viva, apoyos al régimen de Maduro, persecución a luchadores por la libertad sexual sólo por tener padres que habrían sido torturadores. Todas las encuestas hablan de una mayoría moderada, deseosa de acuerdos, de un país más inclusivo e igualitario. A ella pertenecemos y seguiremos perteneciendo. No nos da lo mismo cómo le vaya a Amarillos en las municipales, pero esas son nuestras metas, independiente de lo que pase en las elecciones. 

—¿Pero habrá alguna expectativa?
—Es después de la municipal cuando veremos los frutos de nuestro trabajo. Y al final del año también se sorprenderán, cuando vean lo que ocurre dentro de la juventud universitaria. Nosotros éramos 70 náufragos cuando partimos con Amarillos y a poco andar tuvimos la adhesión de 70 mil. 

“No veo que Tohá sea una alternativa ganadora”

—Según usted, parodiando a Vargas Llosa, ¿cuándo se jodió la centroizquierda?
—Yo tengo la impresión de que en el momento en que el Socialismo Democrático se subordinó al PC y al Frente Amplio, el país perdió ese reformismo democrático que había sido la clave de la Concertación. Y el Partido Comunista no es democrático, no es que lo diga yo, lo dicen exmilitantes que te cuentan de su realidad, de su verdad. ¡No es democrático!

—¿Cree que el PS y PPD están incómodos en esa relación?
—Tengo la impresión de que hay gente en el mundo del oficialismo que vive con mucha incomodidad algunos de los rasgos del Gobierno. Veo al Socialismo Democrático incómodo en lo que son los contenidos de un Gobierno que ha estado marcado por los sellos del FA y el PC. Por ejemplo, cuando la presidenta del PS, Paulina Vodanovic, reclama más gestión en temas de seguridad, a mí me interpreta. Yo siento que me puedo entender con muchos socialistas y PPD, lo digo porque son gente que conozco y porque además he conversado con ellos, y sé lo que están celebrando y lo que están sufriendo.

—Pero el Socialismo Democrático no puede salir de esta relación, porque no puede quedarse sin poder.
—Para salir del Gobierno, el Socialismo Democrático tiene que tener una decisión que no es menor, y es hacer primar su convicción política sobre su convicción laboral. Yo tengo la impresión de que pesa enormemente, en muchos de sus partidos, el tema de la garantía laboral en el Estado. 

—Usted ha dicho que no quiere más vanguardismo iluminado y el candidato presidencial marca un camino. El presidente de su partido ha mencionado a Eduardo Frei. ¿Es un buen nombre?
—Tengo buena opinión de él. Yo he sido un «laguista» toda mi vida y uno siempre mira comparativamente a los otros, pero en los últimos años he ido viendo el comportamiento de Eduardo Frei y lo aprecio cada día más por lo que ha hecho, como la extensión hacia el Asia y el crecimiento de la infraestructura. 

{CITA  El Gobierno del Frente Amplio con el PC ha sido muy dañino para el crecimiento del país, para el entendimiento, para la tolerancia y la diversidad”; }

—¿Pero no cree que con 83 años es un poco mayor para unas primarias? A Joe Biden, de 81, arrastrar los pies le pasó la cuenta en Estados Unidos.
—Mi impresión es que en general, si uno se fija en las encuestas, los candidatos que pintan no son los más jóvenes. Yo no sé la edad de la Michelle, tampoco se la voy a preguntar, ni la de Eduardo Frei, pero tengo la impresión que el problema no es la edad. Biden tiene 81, pero Trump tiene 78. Y Konrad Adenauer ganó en Alemania a los 80.

—¿Carolina Tohá? Es más joven y es la hija predilecta de Ricardo Lagos.
—A mí me gustaría, pero tengo la impresión de que es muy probable que no sea. Yo miro las encuestas y veo que en general la población no la está evaluando bien. A mí me cae muy bien, la conozco y tengo buena relación con ella, pero no veo que en este momento Tohá sea una alternativa muy viable y muy ganadora.

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“El daño que se le ha hecho a Chile en los últimos 10 o 12 años es brutal”

—Y para hablar de expresidentes, ¿Michelle Bachelet?
—A Michelle yo le tengo mucho cariño, pero tengo la impresión de que hoy día es una figura mucho más cercana al mundo del Frente Amplio y del PC que al mundo de la Concertación. Ella aparece hoy, por su conducta, por su forma de hacer, como una persona más vinculada al Frente Amplio y al PC. Ella ha dicho que no es candidata, pero si lo fuera no creo que buscara la opción de Amarillos tampoco. 

—Yo pensé que Evelyn Matthei iba a ser la candidata de Amarillos. ¿A usted le gusta?
—O sea, podría ser una persona, pero en el fondo hay que ver qué es lo que ella planteará en un momento determinado. Yo no lo descarto como posibilidad de ninguna manera, pero faltan contenidos para poder definir eso. En el fondo, para que uno piense en llegar a acuerdos con partidos de derecha, la coalición que debe plantearse es ser un Gobierno de mayoría, no sólo para ganar una elección, sino para permanecer como mayoría, y eso tiene un rasgo que en general en la derecha no se ha dado, porque le gusta más distinguirse que ser mayoría. 

—Boric también podría repetirse el plato en unos años, porque dejará el gobierno con 40 años. 
—Hay una generación que accedió muy joven al Gobierno y que está mirando el futuro pensando que tiene alternativas para adelante de una o más veces. Si de mí dependiera, creo que sería muy trágico que se prolongara una forma de Gobierno que ha sido extremadamente dañina. Deberíamos hacer un esfuerzo en el país para que hubieran gobernantes distintos, porque el Gobierno del Frente Amplio con el Partido Comunista ha sido muy dañino para el crecimiento del país, para el entendimiento, para la tolerancia y la diversidad.

—¿Usted tiene una visión más bien pesimista del Chile actual?
—Tengo la impresión que el daño que se le ha hecho a Chile en los últimos 10 o 12 años es brutal. Hemos creado un país bastante estancado, un país muy polarizado, un país con una violencia delictual, pero también con una forma de hacer política extremadamente conflictiva o agresiva. Mi experiencia, lo que me ha tocado vivir, es que los países que les va bien son aquellos que logran construir acuerdos en sociedades que son cada día más diversas. Y eso hoy día es una falta tremenda. Entonces, recoger y barrer para adentro mundos como puede representar Eduardo Frei, u otros en el mundo del oficialismo o la oposición, me parece una gran idea. Y en Amarillos estamos en eso.

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