por:  La Segunda

viernes, 02 de agosto de 2024

El fraude electoral llevado a cabo por la dictadura de Nicolás Maduro incrementará el entorno criminal en Chile, debido a la vulnerable situación en la que quedan los ciudadanos venezolanos obligados a abandonar su país.

La migración no es negativa en sí misma. Sin embargo, cuando se produce a causa de la necesidad de escapar de una guerra o tiranía, el crimen organizado se aprovecha para abusar de los migrantes. Cuando se trata de personas en condición de irregularidad, la víctima no puede acudir a las autoridades sin correr el riesgo de sufrir las consecuencias. En este sentido, lamentablemente el potencial aumento del flujo migratorio que se avecina implica una oportunidad de negocios para las organizaciones criminales; si Chile y la región no responden adecuadamente, estas incrementarán su poder frente al Estado.

En efecto, es probable que aumenten la trata y tráfico de personas, especialmente de mujeres y menores de edad en condición de irregularidad. Del mismo modo podría aumentar la demanda de domicilios ubicados en tomas que, en ocasiones, son comercializados ilegalmente por grupos criminales.

A ello se suma la extorsión. Como bien consigna Pablo Zeballos (2024), las bandas criminales extranjeras que operan en Chile amenazan a sus connacionales notificándoles que conocen a sus familiares radicados en su país de origen, imponiéndoles pagar un impuesto o a utilizar sus locales para la venta de productos ilícitos a cambio de no dañar a sus cercanos.

Por último, el aumento de la migración irregular es una oportunidad para que personas con antecedentes penales se inserten en organizaciones delictuales extranjeras que se encuentran operando en Chile. Y en caso de ser capturados se produce otro problema, ya que ni la justicia ni el sistema penitenciario disponen de los antecedentes de dichas personas, aumentando el riesgo de reclutamiento y extorsión de delincuentes menos peligrosos.

La crisis que Nicolás Maduro y sus aliados han desatado en Venezuela se traducirá en un enriquecimiento del crimen organizado, una mayor vulnerabilidad de extranjeros y chilenos, y el deterioro de la seguridad nacional, por lo que requiere una respuesta estratégica y comprehensiva.