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Bienes públicos

por:  La Segunda
viernes, 09 de agosto de 2024
En el complejo desafío de la gobernanza global, los bienes públicos, tangibles e intangibles, conforman el tejido que sostiene nuestras sociedades y determinan nuestra calidad de vida.  Por ello, su provisión y gestión eficiente se ha convertido en un imperativo ético de gestión. 

Los bienes públicos tangibles, como el agua, la electricidad, el gas y el acceso a internet, son los cimientos sobre los que se construyen nuestras experiencias cotidianas, e indispensables para satisfacer nuestras necesidades básicas e impulsar el crecimiento económico. Sin embargo, su provisión no se limita a garantizar la disponibilidad física. Requiere de una gestión inteligente que asegure su distribución equitativa, su sostenibilidad a largo plazo y su adaptación a las nuevas tecnologías y demandas sociales.

En este contexto, la innovación juega un papel crucial para buscar soluciones que optimicen la producción y distribución de energía renovable, la gestión eficiente de los recursos hídricos o la expansión de las redes de comunicación. Pero ello no se limita al ámbito tecnológico. También es necesario innovar en los modelos de gobernanza, buscando mecanismos más participativos y transparentes para la toma de decisiones y el aseguramiento de la fe pública.

Porque si de gobernanza se trata, los bienes públicos intangibles, como la democracia, la libertad, o la igualdad ante la ley, son el alma de nuestras sociedades. Son los valores que nos unen, los principios que nos dan forma y los derechos que nos protegen. Aunque no sean asibles, estos bienes tienen un impacto directo en nuestro bienestar y son capaces de proyectar a las naciones o bien producir quiebres profundos.

En un mundo cada vez más interconectado, la preservación y fortalecimiento de estos bienes públicos intangibles se ha vuelto aún más urgente. La democracia, por ejemplo, se enfrenta a nuevos desafíos en un contexto marcado por la polarización política, la desinformación, la manipulación y la creciente influencia de las redes sociales. 

Vincular lo tangible con lo intangible constituye un problema de gestión y de pedagogía, como también de marcos jurídicos que fortalezcan los mecanismos de diálogo y consenso, asegurando una cultura de anticipación, innovación y excelencia en la aproximación a los asuntos públicos.

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