Política
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Muchos ya ven a la ministra Jara proyectándose a diputada por Conchalí

por:  La Segunda
lunes, 12 de agosto de 2024
“¡Bravo!”. La ministra del Trabajo, Jeannette Jara (PC), tuvo que interrumpir un contacto con la tv para saludar a un grupo de dirigentes sociales que la aplaudió a la distancia en el hall del Senado, el miércoles por la tarde. La secretaria de Estado estaba contenta. Y tenía por qué: Apenas un par de horas antes, ella  y su par de Hacienda, Mario Marcel, lograron algo por lo que esperaban meses: un avance concreto en la tropezada reforma de pensiones.

Esa jornada, la Comisión de Trabajo, donde la derecha es mayoría, firmó un protocolo que compromete -al menos, en el papel- el despacho de la propuesta de aquí a fin de año.

Pero aquel día, cuando Jara abandonó satisfecha el Parlamento, luego de fumarse un cigarrillo a la entrada, dejó tras de sí una interrogante tácita: si seguirá o no siendo ministra cuando la Cámara Alta vote la reforma. Jara lo sabe. En el Congreso y en el mundo político se especula desde hace tiempo con la posibilidad de que ella deje el gabinete de aquí a noviembre para asumir una carrera parlamentaria. 


En “modo candidata”



Bajo reserva, dos senadores opositores que conocen de cerca el trámite de la reforma de pensiones confirman que esa teoría se oye recurrentemente en los pasillos. Lo que, a la vez, se alinea con el “modo candidata” en que han visto a Jara en los últimos meses: aluden al tono “frontal” que desplegó progresivamente empujar el proyecto. Elocuentes fueron, por ejemplo, sus “cruces” con el senador Juan Antonio Coloma (UDI) en la comisión. O sus públicos “disparos” contra las AFP.

Al hacerlo, interpretan algunos, lo que Jara hizo fue “hablarle al 30%”, vale decir al votante duro del Gobierno. Donde podría estar precisamente su respaldo si levanta una postulación parlamentaria. Esa postura, aseguran en el Senado, terminó enredando más aún la reforma. Al extremo, dicen, que el Ejecutivo debió hacer un ajuste: “Por algo entró Marcel”, argumenta un legislador. 

A contramano, desde el oficialismo sostienen que el fenómeno se dio a la inversa. Vale decir, que -en realidad- la derecha operó en clave electoral, al cerrarle los espacios a Jara en el trámite. Precisamente para ponerle “palitos” en una posible carrera al Congreso. En la oposición lo niegan. Dicen que nunca hicieron ese cálculo. Y que tenían la mirada puesta no en Jara, sino en la reforma.

Dentro del mismo sector, en todo caso, previenen que la entrada de la ministra a una eventual competencia parlamentaria tampoco puede darse por sentada. Si esa fuera su opción, Jara debería salir del gabinete en noviembre. Y “soltarle la mano” al proyecto. “Sería contradictorio que la dejara a medio camino, se vería mal”, advierte uno de los senadores.


¿Sucesora de Cariola?


Como sea, en el Congreso creen que si Jara opta por buscar un escaño en 2025, lo haría pensando en la Cámara. Concretamente en el distrito 9 de la Región Metropolitana: Cerro Navia, Recoleta, Renca, Conchalí, Quinta Normal, Lo Prado, Huechuraba e Independencia. Ella posee estrechos vínculos con una de esas comunas: Conchalí, donde creció, tiene familia y postuló a la alcaldía en 2021 (salió segunda). O sea, “jugaría” de local.

Hay también otra razón. De los siete diputados de esa jurisdicción, dos son comunistas: Karol Cariola (presidenta de la Cámara) y Boris Barrera. Cariola tendría planes de dar un salto al Senado y competir por Valparaíso. Si así lo hiciera, su cupo en el distrito quedaría libre y sería necesario reemplazarla.

Cariola obtuvo allí una alta votación: cerca de 79 mil votos, equivalentes a casi el 24% del total. Ese caudal ayudó a elegir a Barrera, quien se acercó a los 8 mil sufragios. El espacio que posiblemente deje Cariola, entonces, se perfila como difícil de llenar. Y es necesario buscar una carta de “tonelaje” para que tome la posta.

Jara cumple con ese perfil. En el oficialismo y en la oposición reconocen que juega en su favor su alto nivel de conocimiento público. Los proyectos del sueldo mínimo, de las 40 horas y pensiones contribuyeron a ello. Aunque, a juicio de la derecha, las complicaciones de la reforma previsional comenzaron en un momento a “restarle”.

Así todo, en el Congreso creen que la ministra podría ayudar a retener los dos cupos PC en el distrito (haciendo “collera” con Barrera) para evitar que la oposición suba de 3 a 4 escaños. O, en el peor de los casos, asegurarle un sillón a su tienda.

Un diputado opositor dice que la entrada de Jara en la puja por el distrito 9 sería una decisión “lógica y natural” del PC. Pero aclara que, hasta ahora, no hay indicios de que la ministra esté calentando motores para una campaña allí.

En el PC advierten que los elencos del partido para las parlamentarias se definirán más adelante. Y que Jara no participa aún en carrera alguna. Pero reconocen que “tiene tremendas posibilidades de ser diputada”. Porque es una “figura nacional” y en razón de su buena evaluación en la colectividad y en la ciudadanía. El mismo análisis confirma que el distrito 9 es una opción, debido a que “es conchalina” y a que “ya fue candidata” por la comuna.

“No es personal”


Cuando le tocan el tema de una posible carrera al Parlamento, Jara es cautelosa. Fiel representante del PC, suele repetir que su itinerario político “no es personal”. Apunta así a que hoy está enfocada en su tarea de ministra. Y que se debe, en primer término, al Presidente Boric, y a su partido. Jugando en cierta medida al misterio ha dicho -en esas charlas de pasillo- que ni ella sabe cuál será su futuro. Y que cumplirá su “tarea” donde “tenga que estar”. Porque “no es una decisión de Jeannette Jara”.

Así, la ministra deja implícitamente abierta la puerta para ir por un cupo en el Congreso. O seguir un plan B (que también mencionan algunos): someterse a un eventual enroque ministerial hacia fin de año.
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