El estruendo se oía a varias cuadras del Congreso esta mañana. Sonaban bombos y cornetas, como en un estadio. Pero era algo distinto: una multitudinaria protesta en contra de un proyecto de ley que busca terminar con las carreras de galgo, arraigada tradición campesina.
Los propios manifestantes hacían apuestas sobre el nivel de la convocatoria. “Vinieron unos dos mil”, calculó el director de la Fundación Soy del Campo, Francisco Núñez, ataviado con manta y sombrero huaso. Su voz se oía apenas entre el griterío, mientras una bandera chilena ondeaba sobre su cara.
Entre los presentes había desde guaguas en coche hasta adultos mayores. Muchos, como Núñez, vestidos a la usanza campesina.
Aparte de banderas, los participantes exhibían lienzos con fotos de galgos. “¡No maltratamos a nuestros perros, los queremos! Que se regule, pero no que se prohíba”, pidió Núñez.
En las zonas rurales, según él, los galgos han estado presentes desde siempre, tanto en las carreras, como “liebreros” (caza) o animales de compañía: “Acá vinieron desde Copiapó a Los Lagos”, aseguró..
Mientras hablaba, a unos metros, una veintena de jinetes montaban “guardia” a la espera de que en la sala de la Cámara partiera el debate de la iniciativa.
Niño: “¡No cachan!”
Las riendas de uno de los caballos las tenía una mujer, Mireya Jerez, de Placilla. “Yo creo que los de acá (diputados) no conocen”, se quejó, minutos después de que los manifestantes entonaran el Himno Nacional.
Tras el “¡Viva Chile!”, los parlantes dieron paso al “Guatón Loyola” y otras cuecas. Los compases eran marcados con su bombo por un niño del Maule, Bastián Vásquez (13). “¡Los diputados no cachan na!”, dijo sobre el proyecto.
A esas alturas, dos legisladores contrarios al proyecto -Frank Sauerbaum (RN) y Felipe Caamaño (ind. DC)- ya se habían sumado a los manifestantes. Después de saludarlos, ambos tomaron el micrófono en medio del griterío.
“¡Defendamos lo que somos, estamos orgullosos de ser del campo! ¡Los citadinos no entienden que en el campo no hay mall, cine ni bowling!”,arengó Sauerbaum.
En su opinión y la de Caamaño hay un componente ideológico en éste y otros proyectos similares. “Ha habido una persecución permanente en contra de las tradiciones del campo”, dijo el RN. “Se viene a imponer una agenda ideológica de algunos que atenta contra las tradiciones”, planteó su colega.
¿Maltrato y lesiones?
Cerca del mediodía, mientras la protesta continuaba, la iniciativa -cuyos autores son diputados oficialistas (PL, PS e independientes de izquierda, entre ellos)- comenzó a discutirse en la sala.
Al informar el proyecto, el socialista Daniel Melo dijo que las carreras -asociadas a apuestas- constituyen un “maltrato” evidente en contra de los galgos y planteó la necesidad de prohibirlas. Considerando las lesiones, el desgaste y la disminución de la esperanza de vida que sufren estos animales, dijo, por esta práctica.
La votación estaba prevista para las 13 horas. Sus detractores confiaban en que el proyecto sería rechazado.
