Política
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Mayoría de senadores apoya a secretario Guzmán porque "ordenó la casa"

por:  La Segunda
miércoles, 14 de agosto de 2024
El secretario general del Senado, Raúl Guzmán, llegó con semblante tranquilo a la sesión de sala de ayer. Tomó ubicación, junto al presidente José García (RN), y revisó unos papeles antes de que la jornada partiera.

Pero fuera de micrófono, senadores de distintos partidos dicen que está “muy incómodo” por la renovada ofensiva que lanzó en su contra Javier Norero, exfiscal de la Cámara Alta, despedido el año pasado.

El exfuncionario -que considera ilegal su exoneración, tras 20 años de servicio- ha descargado "fuego graneado” contra Guzmán. Lo acusa de maltrato, de despidos arbitrarios, persecuciones a funcionarios e irregularidades diversas. Y hace un tiempo fue a la justicia para impugnar su remoción (el caso será dirimido por la Corte Suprema).

“Alegato” de casi dos horas


En el Senado -según detallan cinco legisladores consultados por La Segunda- el grueso de la sala apoya a Guzmán. Hasta ahora, públicamente al menos, sólo Yasna Provoste (DC) y Fidel Espinoza (PS) han cuestionado al secretario (legalmente, “jefe de servicio” de la Cámara Alta).

De hecho, hace unos días, la Comisión de Régimen Interior -encargada del “control” del Senado- respaldó a Guzmán -desechando tácitamente las reclamaciones de Norero- y acordó “ratificar y reconocer la labor realizada por el secretario general”.

Lo hizo después de escuchar durante cerca de dos horas a Guzmán. Quien, apoyado en los datos de varias carpetas, “contestó” -una por una- las acusaciones de Norero.

En aquella sesión, del 29 de julio, estuvieron presentes cinco de los integrantes de la comisión: García, el vicepresidente Matías Walker (D), Juan Luis Castro (PS), David Sandoval (UDI) y Rafael Prohens (RN). No participaron Provoste (en misión oficial a Emiratos Árabes) y Jaime Quintana (PPD).

Precisamente a partir de su “alegato” en defensa propia y de los datos -fechas y detalles sobre diversas incidencias- que expuso aquel día Guzmán, es que los senadores están de su lado y no del de Norero.

Debido a que el pronunciamiento de la Suprema sobre el pleito trabado por el removido fiscal está aún pendiente, los integrantes de Régimen Interior no han querido referirse al tema. Pero paulatinamente, en los pasillos del Senado, ha ido develándose el modo en que ven la controversia.

Qué buscaría Norero


En la sesión del 29 de julio, los parlamentarios “bombardearon” con preguntas a Guzmán. Lo hicieron a partir de una dura presentación que hizo justamente Norero para que Régimen Interior fijara una postura.

Así, por ejemplo, los senadores confrontaron al secretario con las acusaciones sobre “persecución” y “hostigamiento” a Norero y a otros funcionarios. Guzmán respondió cada uno de los “cargos” citando, dicen, información precisa que a juicio de los senadores fue "desmoronando" la versión de Norero.

Lo propio ocurrió frente a consultas sobre remociones, sanciones, sumarios u otras medidas -resistidas por algunos- que ha ido tomando el secretario.

Los senadores quedaron convencidos de que Guzmán ha hecho “lo correcto”. Y que, en cambio, los argumentos de Norero carecen de fundamento. O que podrían ser, incluso, “falsos”.

Tal es la seguridad de los legisladores frente al tema, que algunos han comenzado a considerar, por ahora sólo a nivel de posibilidad, la opción de que en un momento desde el Senado se actúe judicialmente contra Norero (mediante una querella, por ejemplo) debido a las acusaciones que ha propalado.

A los parlamentarios les molesta el camino que ha tomado el exfuncionario, por el daño que hace a la imagen de la corporación. Y algunos hoy se preguntan por qué Norero no denunció las anomalías que relata cuando aún se desempeñaba en el Senado.

Bajo esa lógica algunos de los legisladores no descartan que su ofensiva busque, en realidad, una “compensación” económica. También está la posibilidad de que trate de reincorporarse. Pero ven difícil que ello se haga (aún si lo favoreciera la Suprema), porque el cargo que él ocupaba ya no existe.

Terminó con "prebendas"


En paralelo, entre los senadores se ha ido anidando la certeza de que la salida de Norero fue correcta, considerando que -a la luz de los antecedentes presentados por Guzmán- su trabajo era, a lo menos, “descuidado”.

En el entorno de Régimen Interior aseguran, además, que la mayoría de los senadores atribuye las suspicacias (de una parte de los funcionarios) hacia Guzmán al hecho de que ha cumplido la misión para la que fue contratado: “Ordenar la casa”.

Dicho de otro modo, explican, la gestión del secretario ha terminado con “prebendas” y malas prácticas de una parte del personal: inasistencias reiteradas, abuso de licencias, mal uso de horas extras, ascensos e, incluso, despilfarro de recursos. Conforme a las mismas versiones, el secretario se ha ido ganando las antipatías de algunos por “ser el pesado” de la trama, e impedir la operación de una especie de “cofradía” que existía antes, conforme a las mismas versiones. 

Por ahora, los senadores apoyan su continuidad. Sin perjuicio de que algunos han puesto sobre la mesa la alternativa de abrir un debate al respecto, aunque “no a los combos”. La chance de que eso suceda, no obstante, se visualiza lejana. Entre otras razones, porque ningún senador o comité ha planteado la posibilidad de que la sala se pronuncie sobre el punto.

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